Más que reportera me considero “la tonta de turno”. Con todo lo que tengo que hacer y lo complicada que tengo la vida me pregunto, a veces, que necesidad tengo de complicármela más.
Aunque os parezca difícil pasar un invierno en Alar, no es así. Es un pueblo cómodo para vivir, tenemos de todo un poco: farmacia, biblioteca, comercios, bares… y muchos lugares para pasear.
Hemos pasado las fiestas del Pilar y ya estamos pensando en el próximo puente, el de los Santos. Enseguida llega la Fiesta del Puchero, el puente de la Constitución, las Navidades, los Carnavales y las “orejuelas”, la Cena del Hambre, la Semana Santa y el chapeo… San Isidro, la Fiesta de la Estación, el Carmen… y otra vez el verano.
En verano se suspenden determinadas actividades pero llegando el mes de octubre se reanudan: gimnasia de mantenimiento, talleres variados (bolillos, masajes, cocina…), clases de yoga, pilates, batuka, piano y solfeo… y por supuesto las tertulias literarias de las cuales os puede informar muy bien Rita.
La gente se reúne para hacer meriendas, para jugar la partida de cartas, de parchís, de dominó (el clásico y el mejicano)…
Yo, tampoco, vivo en Alar de continuo pero cuando voy y hablo con la gente y veo que están muy entretenidos… siempre hay motivos y cosas para hacer algo y si no… las inventamos.
Somos “el sueño de la Ilustración” el único pueblo que sobrevivió a la política de Jovellanos de repoblar el Canal de Castilla… ¡nuestro trabajo nos cuesta!... por que el tema económico está muy muy pero que muy complicado … aquí si que necesitamos ayuda.
En fin … saludos para todos
Aunque os parezca difícil pasar un invierno en Alar, no es así. Es un pueblo cómodo para vivir, tenemos de todo un poco: farmacia, biblioteca, comercios, bares… y muchos lugares para pasear.
Hemos pasado las fiestas del Pilar y ya estamos pensando en el próximo puente, el de los Santos. Enseguida llega la Fiesta del Puchero, el puente de la Constitución, las Navidades, los Carnavales y las “orejuelas”, la Cena del Hambre, la Semana Santa y el chapeo… San Isidro, la Fiesta de la Estación, el Carmen… y otra vez el verano.
En verano se suspenden determinadas actividades pero llegando el mes de octubre se reanudan: gimnasia de mantenimiento, talleres variados (bolillos, masajes, cocina…), clases de yoga, pilates, batuka, piano y solfeo… y por supuesto las tertulias literarias de las cuales os puede informar muy bien Rita.
La gente se reúne para hacer meriendas, para jugar la partida de cartas, de parchís, de dominó (el clásico y el mejicano)…
Yo, tampoco, vivo en Alar de continuo pero cuando voy y hablo con la gente y veo que están muy entretenidos… siempre hay motivos y cosas para hacer algo y si no… las inventamos.
Somos “el sueño de la Ilustración” el único pueblo que sobrevivió a la política de Jovellanos de repoblar el Canal de Castilla… ¡nuestro trabajo nos cuesta!... por que el tema económico está muy muy pero que muy complicado … aquí si que necesitamos ayuda.
En fin … saludos para todos
Bueno, pues parece que ya tenemos reportera para estar al día de todos los acontecimientos de Alar. Pero ¿cumple Tresces los requisitos previos de veracidad e imparcialidad que debe presidir toda información periodística?
En la legitimidad que me otorga mi amistad con ella, voy a permitirme la libertad de hacer una pequeña crítica constructiva.
En primer lugar Tresces ni es la tonta de turno, ni tiene que tanto que hacer como dice, y la mitad de las complicaciones que afirma tener son causadas por problemas que solo exiten en su imaginación. Por tanto se aleja bastante del principio de veracidad.
En segundo lugar, los comentarios de Tresces sobre Alar están impregnados de un excesivo amor de madre hacia el pueblo que la vio nacer. No hay mas que ver como describe el transcurso del invierno en Alar, pasa de un verano al siguiente en un pis-pas, saltando de puente en puente como si se tratara del juego de la oca. Alar no es el caribe palentino y entre el idílico paisaje que nos pinta Tresces en sus comentarios y la inhóspita belleza que fielmente logran plasmar las excelentes fotos de Victorino, existe un pequeño camino, pequeño pero camino, que Trescer recorre con su buena dosis de sana subjetividad.
A pesar de todo, celebro el ofrecimiento de Tresces y espero prevenido y expectante la publicación de todos los acontecimientos que vayan teniendo lugar.
En la legitimidad que me otorga mi amistad con ella, voy a permitirme la libertad de hacer una pequeña crítica constructiva.
En primer lugar Tresces ni es la tonta de turno, ni tiene que tanto que hacer como dice, y la mitad de las complicaciones que afirma tener son causadas por problemas que solo exiten en su imaginación. Por tanto se aleja bastante del principio de veracidad.
En segundo lugar, los comentarios de Tresces sobre Alar están impregnados de un excesivo amor de madre hacia el pueblo que la vio nacer. No hay mas que ver como describe el transcurso del invierno en Alar, pasa de un verano al siguiente en un pis-pas, saltando de puente en puente como si se tratara del juego de la oca. Alar no es el caribe palentino y entre el idílico paisaje que nos pinta Tresces en sus comentarios y la inhóspita belleza que fielmente logran plasmar las excelentes fotos de Victorino, existe un pequeño camino, pequeño pero camino, que Trescer recorre con su buena dosis de sana subjetividad.
A pesar de todo, celebro el ofrecimiento de Tresces y espero prevenido y expectante la publicación de todos los acontecimientos que vayan teniendo lugar.
