La
Colegiata de
San Miguel, constituye el foco polarizador del urbanismo de
Ampudia, tanto en planta como en volumen. En planta por cuanto que la
iglesia con sus tres grandes naves, unida a la
plaza que la precede, constituye un centro regulador del trazado urbano, complementado por la existencia de otros
edificios de carácter monástico y religioso como el
convento de San Francisco, la
ermita de la
Cruz, configurando así un área urbana definida por la función religiosa. Lo mismo sucede en volumen, donde la silueta de su
torre, conocida como la «Giralda» de Tierra de
Campos constituye un elemento focal de la definición urbana de la villa.