Aunque la población, tanto en
invierno como en
verano, haya menguado, Aviñante mantiene el encanto y la magia de siempre. Lástima que no tengamos tele-club, ni un sitio donde reunirnos. Aun así, Aviñante es nuestra
casa, y todo el año estamos pensando en volver. Un abrazo desde
Málaga.