Llegaron los foramontanos de Malacoria procedentes del interior de
Cantabria. Siguiendo el nacimiento del Ebro penetran en territorio de “brañas altas y osos” que dan el nombre al lugar. Estos formaron el consejo de
Brañosera, amparados por la Carta Puebla concedida por el Conde Munio Núñez y su mujer Argilo.