Juan XXIII solía pasear un buen rato todas
las tardes por los
jardines vaticanos. Ante
la propuesta de los funcionarios del Estado
eclesial de que "había que hacer algo... para
que los tueristas no vieran el
paseo del Papa...",
respondió:"No os preocupéis. Os prometo que
no haré nada que pueda escandalizarlos".
Jesús Azcárate.