Sabemos que la vida en la tierra proviene
del
agua. En el libro del Génesis se describe
poéticamente cómo Dios crea la tierra sacándola
del agua. Después, el autor de la vida sigue
sirviendose del agua para manifestar los seres
su benevolencia. Así lo vieron los israelitas, y
no es de sorprender, pues en el contexto generalmente
árido del Oriente Medio es siempre un bien preciado,
una bendición, el signo más claro de la bondad de
Dios hacia sus criaturas. Porque el agua es condición
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