Yo sé mucho de eso y puedo reconstruir
las historias de todos esos amores, a
los que las
rejas de los
conventos, y
los votos de castidad no impidieron
nacer y crecer, y no quiero pensar en
el final de esas pobres monjas, porque
el futuro es lo único que aún no esta
escrito.
LUCIANO G. EGIDO.