Le asaltaba la sensación de que una savia,
inmensa como un río caudaloso sin principio
ni fin, invencible y nutricia fluia con in-
dependencia de la locura criminal que sola-
mente el ser humano introduce en la naturaleza.
inmensa como un río caudaloso sin principio
ni fin, invencible y nutricia fluia con in-
dependencia de la locura criminal que sola-
mente el ser humano introduce en la naturaleza.