Durante tre domingos, vamos a leer parábolas,
que es lo mejor de Jesús. Hoy vamos con la del sembrador.
La conocemos de sobra: Dios siembra constantemente su palabra.
No hace falta ir a buscarla. El nos la da constantemente, como
si cayera siempre una
lluvia fina, agradable, persistente.
Pero nosotros solemos abrir entonces nuestros paraguas.
Así la tierra buena, que se deja fecundar, la tierra llena
de
piedras, las zarzas. Jesús conoce muy bien el corazón
humano.