Sepulcro al altar. Ojos que miran y miran... Y una súplica emocionada.
Señor,
Déjame que dé de mí
el grano limpio, y que fuera,
en un montón, toda entera
caiga el alma para Ti.
Señor,
Déjame que dé de mí
el grano limpio, y que fuera,
en un montón, toda entera
caiga el alma para Ti.