Miró su
reloj y se excusó, que pena, Don Diego,
pero tengo que interrumpir nuestra conversación.
Tengo muchos asuntos por resolver, entre otras
cosas, debo llamar a su
casa, hace días que no
hablo con ellos.
No me quiere pasar a su señora, ella dizque no
quiere hablar conmigo.
JORGE FRANCO