Albarracín ha logrado mantenerse a lo largo
de la historia como un pueblo maravilloso.
El trazado medieval de sus calles, el color
rojizo de sus casas y esas calles empedradas
donde se respira paz y tranquilidad. Cada casa,
cada calle, cada rincón nos hacen retroceder
al pasado, a una época en la que Albarracín
brillaba con luz propia. La villa, totalmente
amurallada, durante siglos fue fortaleza
prácticamente inexpugnable.
de la historia como un pueblo maravilloso.
El trazado medieval de sus calles, el color
rojizo de sus casas y esas calles empedradas
donde se respira paz y tranquilidad. Cada casa,
cada calle, cada rincón nos hacen retroceder
al pasado, a una época en la que Albarracín
brillaba con luz propia. La villa, totalmente
amurallada, durante siglos fue fortaleza
prácticamente inexpugnable.