Todas esas figuras dan mucha pena.
Ya no son hombres, una sólo puede
apiadarse. Ya no se espera nada
de ellos, ni pueden crear ninguna
expectativa. Producen un efecto
de cautivos, de derrotados, a
nbosotras, que estamos en el
bordillo de la acera, nos miran
con apatía, sin vernos.
ANÓNIMA
Ya no son hombres, una sólo puede
apiadarse. Ya no se espera nada
de ellos, ni pueden crear ninguna
expectativa. Producen un efecto
de cautivos, de derrotados, a
nbosotras, que estamos en el
bordillo de la acera, nos miran
con apatía, sin vernos.
ANÓNIMA