Los hombres también en la época del dominio
tecnológico del mundo y de la globalizacion,
seguirán teniendo necesidad de Dios, del
Dios manifestado en Jesucristo y que nos reúne
en la
Iglesia universal, para aprender con Él y
por medio de Él la vida verdadera, y tener presentes
y operativos los criterios de una humanidad
verdadera. Donde el hombre ya no percibe
a Dios, la vida se queda vacía, todo es insuficiente.
(...) Dios está vivo, y necesita hombres
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