Otras veces todo haya que decirlo, era capaz de estar fuera
durante varios meses. Este hecho no movía ni un ápice una de
su más arraigadas costumbres; no dar la más mínima noticia
de su persona, literalmente, desaparecia. Ni una carta, nada.
Juan lo sabía y no perdía el tiempo esperando.
ALESSANDRO BARICCO
durante varios meses. Este hecho no movía ni un ápice una de
su más arraigadas costumbres; no dar la más mínima noticia
de su persona, literalmente, desaparecia. Ni una carta, nada.
Juan lo sabía y no perdía el tiempo esperando.
ALESSANDRO BARICCO