Por el año 1500, la capital azteca se había
convertido en una gigantesca metrópoli de piedra, por cuyas calles y casas transita-
ban alrededor de cien mil habitantes.
Existian tres pasos o calzadas.
JUAN ANTONIO CEBRIAN Me gustaría ser recordado
como un hombre que tuvo
una vida maravillosa.
Un hombre que tuvo buenos amigos, una buena familia.
Y no creo que pudiese
pedir nada mas que eso,
en realidad.
FRANK SINATRA