Saqué el mazo de hojas y me enfrenté
con esas memorias por segunda vez.
En esa nueva vuelta atrapó mi atención
un pasaje sobre el que hacer de artillero
de Arcadi, en el que no había reparado
durante la primera lectura: está él en la
zona del Ebro dirigiendo su batería hacia
unas coordenadas que le va dictando la
voz, que sale por el auricular de un teléfono
de un soldado lejano que está subido...