La utilización del agua en el Sacramento del
bautismo recapitula: es signo de gracia y de
inicio,, de muerte y de vida, de purificación
y regeneración en Cristo. Además del bautismo,
aunque con significados derivados de él, la
liturgia cristiana hace uso del agua en otras
ocasiones: la bendición del agua lustral en la
Vigilia Pascual, las aspersiones con agua bendita
sobre el pueblo en el rito penitencial, el agua
usada como bebida que se mezcla con el vino...