el que tenga sed, venga a mí.
La liturgia del Sagrado Corazón, renovada
en 1928, se caracteriza por la apremiante
invitación de Jesús; "El que tenga sed, venga
a mí, y beba el que crea en mí".
Desde esta perspectiva, los devotos del Corazón
de Jesús no deben solo profundizar y purificar
sin descanso el propio amor por el Señor, para
saciarse de las fuentes de la salvación. Sino
también pretende ver a Dios amado por todos los...