Alimentados con la palabra hasta la saciedad,
invitados al Reino, llamados a construir una
humanidad nueva, el Reino, el proyecto de Dios,
a construirlo sobre una roca segura, una piedra
angular irrompible, Jesús mismo...
Pero tantas veces respondemos solo con palabras,
ritos o dogmas más que con servicio, solidaridad
y preocupación por los necesitados.