"Ahmed tenía una pinta horrible. También
tenía pinta de crío. Yo sabía que contaba
veintiún años pero, si hubiese ido limpio,
con ropa de calle, y lo hubieramos visto
en los pasillos del instituto de mi hija,
habría pensado que tenía dieciseís o diecisite.
Marry tenía una causa y por alguna razón,
quería que me uniera a ella. Yo no comprendía
por qué. Era innecesario. Pagame, yo hago mi
trabajo. Las causas son peligrosas; eso todo...