Felipe II desterró de la corte a la
princesa de Éboli. Era imposible extirpar de raiz todas las dudas
sobre si era correcta aquella manera de actuar,
pero predomino la convicción de que era precisa.
Aquella decisión le había quitado una gran cantidad
de energía para el trabajo durante el dia en que
pensaba ir a ver al abogado.
FRANZ KAFKA.