Sin embargo, bien que mal, tanto yo
como los otros comprendíamos lo que
Salvatore quería decir. Signo de que
no hablaba una lengua sino todas, y
ninguna correctamente, escogiendo
las palabras unas veces aquí y otras
allí.
UMBERTO ECO fue una tarde realmente bonita, hablamos de muchas cosas y pese a la sonrisa con que aparecen los fotografiados hablamos de todo, de el pasado, del futuro y recordar fue muy bonito.