Pablo tiene ese motor: anunciar la Buena
noticia de Dios-Papá a muchos, si es posible
a todos.
Esta línea viene de lejos.
Siempre ha existido en la fe de Israel
un motor, que es el mismo que mueve a Jesús:
la capacidad de con-padecer, de sentir como
propios los problemas de los demás. Y a eso
se le llama amor, que es algo más profundo
que el sentimiento: es comunión, cercanía, don......