Su cabeza, ahora no era más que una confusión de
trozos de paisaje, de ruidos, de olores, de recuerdos
fugaces, de caras y de costumbres ya extrañas, de
mezcla de frases pensadas en un idioma y pronunciadas
en otro; y sobre todo ello el cansancio físico que
todo lo hacía borroso y ajeno.