La oración ocupa un lugar central en toda religión.
Los cristianos lo hacemos siempre en el nombre de
Jesús. Significa que no lo podemos hacer de cualquier
manera, sino como discípulos suyos. El es nuestro modelo
para dirigirnos a Dios y lo debemos hacer animados
por los mismos sentimientos y la misma actitud que
él tuvo ante el Padre.
Orar en nombre de Jesús significa también que lo
hacemos movidos por su Espíritu, que habita en
nosotros y que nos congrega en comunidad. Por eso,...