"El trabajo que hay que hacer ahora es identificar
en ese mapa de genes las funciones que nos interesan,
como que el tomate sea más dulce y sabroso o la
planta sea resistente a enfermedades que ahora sí la afectan",
indicó por su parte Antonio Granell, coordinador de la
participación española en el consorcio internacional
e investigador del instituto de biología molecular y
celular de plantas, centro mixto delCSIC y de la Universidad
Politécnica de Valencia.