Sin duda el nombre procede de la existencia de muchos brezales, especialmente del que ocupa las tierras más depauperadas por la acción del hombre, la ericácea "Calluna vulgaris", que ocupaba grandes extensiones ahora más reducidas por el cultivo del centeno. Pero quizás lo más relevante es la existencia de un famoso
santuario en uno de sus
valles, La
virgen del Brezo.