Se estiró sobre la espalda en dirección a la
cabecera de la cama, para poder alzar mejor la
cabeza, vio que el sitio que le picaba estaba
cubierto de extraños puntitos blancos, intentó
rascarse con una pata; pero tuvo que retirarla
inmediatamente, pues el roce le producía escalofríos.
FRANZ KAFKA