De nuevo, como ya secedía el Domingo de Ramos,
el centro de nuestra contemplación es la Pasión
del Señor. La vamos a leer en público, quizá
incluso de una manera dialogada, pero posible-
mente no nos baste.
El relato de la Pasiónm, muy probablemente
contado por un testigo presencial, es para
leerlo despacio, degustando, reflexionando,
sintiendo: porque nos tiene que llegar al
corazón....