Los castores tienen poco desarrollado
el sentido de la vista. Los dos eran hombres frágiles, llenos de
defectos, pero también de amor incondicional
a Jesús. Los dos sintieron que Jesús les
encargaba una misión y dijerón que sí hasta
la muerte. Emociona y admira su vida, recorriendo
el mundo entero toda su vida, Pablo con Bernabé y
Marcos, Pedro con su mujer, como apóstoles
itinerantes entregados a vida y muerte a anunciar
la buena noticia.
De ellos nació la fe de muchas iglesias, y de...