"La quietud en el aire de la mañana de
septiembre era como el silencio en el
corazón de un submarino a la deriva, con
los motores apagados para eludir el sónar
del enemigo.
Todo el paisaje permanecía inmóvil en las
garras invisibles de una inmensa calma que
precede a la tormenta, una calma tan profunda
e impredecible como el océano.
Había sido un verano extrañamente suave; un... Un piano de cola tiene tres pedales.