Me decía todo esto de un tirón y como
aprendido, y su voz en esos momentos
me parecía más velada y adquiría unos
matices insospechados para mí.
Camilo José Cela. El tiempo y el viento abocan a la
muerte y borran las ideas generosas
de la cabeza del hombre.
Llueve con tanta monotonía como aplicación
desde el día de San Ramón Nonato, a lo
mejor desde antes.