LOS GIGANTES DE CANARIAS
Griegos y fenicios bautizaron a las Islas Canarias como Islas Afortunadas.
Antiguamente creían que más allá de los acantilados de Los Gigantes, en Tenerife, estaba el fin del mundo. Todavía hoy, al mirar las paredes ver-
ticales de 600 metros que caen al Atlántico sentimos el misterio. En las aguas del océano es fácil avispar delfines mulares, ballena piloto, cacha-
lotes y ballenas blancas.
Todo Tenerife, pero esta zona en particular, es un auténtico paraíso que
conserva... La jovén Cleopatra pasó su infancia
en el Gineceo Real.
Posteriormente recibio la educación
reservada desde hacia siglos a las
hijas del faraón destinadas a reinar
justo a sus hermanos -esposos.