La semana no era muy buena. Los telefonos
no sonaban. Ni un cliente en el despacho.
Ningún caso, solo iba unas horas, normalmente
por las mañanas, pero algunos días, como ése
una especie de silenciosa soledad me invadía
poco a poco.
Las paredes me oprmían, descolgue un par de
veces el auricular del fijo para comprobar
si había línea. Me asomé otra par de veces al
exterior para ver si el mundo seguía funcionando.
Temí acabar hablando sola. Bueno, a papá tampoco le
sobraba trabajo, solía decírmelo cuando las
cosas iban mal, pero hasta donde yo recuerdo,
siempre o casi siempre hacía algo".
no sonaban. Ni un cliente en el despacho.
Ningún caso, solo iba unas horas, normalmente
por las mañanas, pero algunos días, como ése
una especie de silenciosa soledad me invadía
poco a poco.
Las paredes me oprmían, descolgue un par de
veces el auricular del fijo para comprobar
si había línea. Me asomé otra par de veces al
exterior para ver si el mundo seguía funcionando.
Temí acabar hablando sola. Bueno, a papá tampoco le
sobraba trabajo, solía decírmelo cuando las
cosas iban mal, pero hasta donde yo recuerdo,
siempre o casi siempre hacía algo".