Goethenhabal de los jesuitas. En su obra Viaje a Italia, cuenta:
Fui al colegio de los jesuitas, donde los alumnos representaban
su función anual de teatro. no desmerecían de un grupo de aficionados
noveles y sus trajes eran vistosos, casi demasiado. La representación
me convenció una vez más de la sagacidad de estos religiosos.
No desdeñan nada que pueda surtir algún efecto y saben atender sus
asuntos con amor y cuidado. No puedo evitar reflexionar sobre la
manera de obrar y ser de los jesuitas.
Sus iglesias, torres y edificios tienen algo de grandiosos y perfecto
en la concepción que inspira en los hombres un profundo sentimiento
de respeto.
Fui al colegio de los jesuitas, donde los alumnos representaban
su función anual de teatro. no desmerecían de un grupo de aficionados
noveles y sus trajes eran vistosos, casi demasiado. La representación
me convenció una vez más de la sagacidad de estos religiosos.
No desdeñan nada que pueda surtir algún efecto y saben atender sus
asuntos con amor y cuidado. No puedo evitar reflexionar sobre la
manera de obrar y ser de los jesuitas.
Sus iglesias, torres y edificios tienen algo de grandiosos y perfecto
en la concepción que inspira en los hombres un profundo sentimiento
de respeto.