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Algunos defensores de los Derechos Humanos son famosos, pero la mayoría no. Realizan sus actividades en todo el mundo, trabajan solos y en grupo, en comunidades locales, en politica nacional y a nivel internacional. Son de todas las edades y de diversa procedencia y ocupación. Muchos son personas con una alta cualificación o con habilidades especiales, como abogados, periodistas, médicos, arquitectos o maestros; muchos otros tienen poca instrucción o ninguna, pero tienen en común la convicción fundamental de que hay que proteger y promover los Derechos Humanos. Cualquier persona, sea quien sea y venga de donde venga, puede ndar un paso adelante y hablar en favor de estos derechos. Todos tenemos la posibilidad de marcar la diferencia.