David Livingstone fue médico y misionero, pero sobre todo un
gran viajero y explorador. Recorrió África y descubrió lugares
increíbles, como las cataratas victoria. Nuca temió a lo desconocido,
una gran cualidad para aquellos que inician un viaje a lugares
donde no se atreven a llegar.
Fue un joven muy interesado por aprender y conocer otras realidades.
Su curiosidad no era solo teórica, pues en su tiempo libre daba
largos paseos para verificar lo que había estudiado en los libros.
Así, desde joven, se preparó para ser viajero y explorador, con sed
de conocimientos y sin miedo a la realidad.
Su familia, muy religiosa, también le inculco estos valores.
Ya desde niño oyó hablar de un valiente joven misionero que se
encontraba en China y así comenzo su deseo de ser misionero y
viajar por tierras de Oriente Medio.
Terminó sus estudios en lA Facultad de Medicina Y Cirugía en
Glasgow. Algunos feligreses le hablaron de la Sociedad Misionera
de Londres y por entonces conoció al misionero Robert Moffat,
que había regresado de África.
"Hay una vasta planicie, donde he visto en la mañana de sol el
humo de millares de aldeas donde ningún misionero ha llegado
todavía", le decía Moffat. El 17 de noviembre de 1840 se despidió
de su familia y partió hacia África.
gran viajero y explorador. Recorrió África y descubrió lugares
increíbles, como las cataratas victoria. Nuca temió a lo desconocido,
una gran cualidad para aquellos que inician un viaje a lugares
donde no se atreven a llegar.
Fue un joven muy interesado por aprender y conocer otras realidades.
Su curiosidad no era solo teórica, pues en su tiempo libre daba
largos paseos para verificar lo que había estudiado en los libros.
Así, desde joven, se preparó para ser viajero y explorador, con sed
de conocimientos y sin miedo a la realidad.
Su familia, muy religiosa, también le inculco estos valores.
Ya desde niño oyó hablar de un valiente joven misionero que se
encontraba en China y así comenzo su deseo de ser misionero y
viajar por tierras de Oriente Medio.
Terminó sus estudios en lA Facultad de Medicina Y Cirugía en
Glasgow. Algunos feligreses le hablaron de la Sociedad Misionera
de Londres y por entonces conoció al misionero Robert Moffat,
que había regresado de África.
"Hay una vasta planicie, donde he visto en la mañana de sol el
humo de millares de aldeas donde ningún misionero ha llegado
todavía", le decía Moffat. El 17 de noviembre de 1840 se despidió
de su familia y partió hacia África.
