Hubiera debido retirarme entonces, pero
senti en mi una sensación extraña, como
un deseo de desafiar al destino, de darle
una bofetada, de sacarle la lengua. Hice
la postura más alta que se permite de
cuatro mil florines y perdi.
FIODOR DOSTOIEVSKI.
senti en mi una sensación extraña, como
un deseo de desafiar al destino, de darle
una bofetada, de sacarle la lengua. Hice
la postura más alta que se permite de
cuatro mil florines y perdi.
FIODOR DOSTOIEVSKI.