No sé si tengo hambre, ni siquiera
sed, pero quisiera que la mañana no
se terminara nunca, para eso he llegado
a los cincuenta años, para hacer lo
que quiera con mi tiempo, para flotar,
si me da por ahí, en este rato inacabable,
sin recuerdos, sin proyectos, sin compañía,
sin remordimientos.
SOLEDAD PUÉRTOLAS
sed, pero quisiera que la mañana no
se terminara nunca, para eso he llegado
a los cincuenta años, para hacer lo
que quiera con mi tiempo, para flotar,
si me da por ahí, en este rato inacabable,
sin recuerdos, sin proyectos, sin compañía,
sin remordimientos.
SOLEDAD PUÉRTOLAS