Me levantaba, me vestia a tientas, y me
mojaba la cara, desayunaba en la cocina,
de pie, medio dormido, mientras mi madre
me daba consejos para que aprovechara
bien el dia, y enseguida agarraba la
tartera, los libros, los cuadernos, y
salía a la
calle y arreaba
camino del
taller.
LUIS LANDERO