El agraciado reconocio el uno y el otro
con una profunda reverencia a instigación
del bedel y después lo llevaron a una gran
sala del hospìcio, donde, un duro lecho, se
durmió sollozando.
Charles Dickens
con una profunda reverencia a instigación
del bedel y después lo llevaron a una gran
sala del hospìcio, donde, un duro lecho, se
durmió sollozando.
Charles Dickens