Tal como el caballo distingue el mejor
jinete por el modo de sentarse más
aplomado, Czentovic debía haber recono-
cido en las últimasjugadas a su verda-
dero, su auténtico contrincante, todos
seguimos instintivamente su mirada y
nos fijamos en la cara del desconocido.
STEFAN ZWIG
jinete por el modo de sentarse más
aplomado, Czentovic debía haber recono-
cido en las últimasjugadas a su verda-
dero, su auténtico contrincante, todos
seguimos instintivamente su mirada y
nos fijamos en la cara del desconocido.
STEFAN ZWIG