Desde que tengo uso de razón conozco el taco. Mis padres lo colgaban siempre en una pared de la cocina y yo desde los seis años, que comencé
a leer, siempre me recreaba leyendo las hojas y aprendiendo de los grandes mensajes cristianos que contienen. Ningún año ha faltado en casa y siempre se lo transmití a mis hijas, cinco. Hoy, abuela de diez nietos, sigo leyendo y nutriendo mi espíritu del mensaje cristiano que recibo del Taco, y ahora, también lo regalo a mis nietos. Gracias por tan maravillosa información que diariamente nos traen las queridas hojitas.
María Luisa González Díaz, Ayamonte. (Huelva)
a leer, siempre me recreaba leyendo las hojas y aprendiendo de los grandes mensajes cristianos que contienen. Ningún año ha faltado en casa y siempre se lo transmití a mis hijas, cinco. Hoy, abuela de diez nietos, sigo leyendo y nutriendo mi espíritu del mensaje cristiano que recibo del Taco, y ahora, también lo regalo a mis nietos. Gracias por tan maravillosa información que diariamente nos traen las queridas hojitas.
María Luisa González Díaz, Ayamonte. (Huelva)