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SAN BARTOLOME DE UCERO
Cuenta le leyenda que cuando Santiago, el apóstol,
huía de sus perseguidores a lomos de su caballo no
le quedo otra alternativa que saltar dese lo alto
del Cañón del Río Lobos. Y como al topar tierra no
sufrió daño, sacó su espada y la arrojó diciendo "
Donde caiga mi espada,, construiré mi morada". Y
cayo justo donde se alza la actual ermita de San
Bartolomé, en el interior del Parque Nacional del
Cañón del Río Lobos en Soria.
Pero esto es leyenda; lo real es que esta ermita
es un edificio templario digno de conocer y con-
templar. Su edificación data del primer tercio
del siglo XIII. Es de arquitectura progótica.
Tiene planta de cruz latina, con la particularidad
de que los brazos del crucero son bastante mas
bajos que la nave.
El absíde de tambor se artícula con cuatro contrafuertes
prismáticos y en el centro de los paños se abren
tres ventanas de arco de medio punto cuyas respectivas
archivoltas están decoradas con puntas de diamante.
Los hastiales del crucero terminan en un frontón
triangular, rematado por una cruz florenzada inscrita
en un círculo. En el interior, la nave está cubierta con
una boveda de cañón apuntado de cuatro tramos, reforzada
por tajones sobre columnas, y el ábside se cierra con
una bóveda ya plenamente gótica.
Cuenta le leyenda que cuando Santiago, el apóstol,
huía de sus perseguidores a lomos de su caballo no
le quedo otra alternativa que saltar dese lo alto
del Cañón del Río Lobos. Y como al topar tierra no
sufrió daño, sacó su espada y la arrojó diciendo "
Donde caiga mi espada,, construiré mi morada". Y
cayo justo donde se alza la actual ermita de San
Bartolomé, en el interior del Parque Nacional del
Cañón del Río Lobos en Soria.
Pero esto es leyenda; lo real es que esta ermita
es un edificio templario digno de conocer y con-
templar. Su edificación data del primer tercio
del siglo XIII. Es de arquitectura progótica.
Tiene planta de cruz latina, con la particularidad
de que los brazos del crucero son bastante mas
bajos que la nave.
El absíde de tambor se artícula con cuatro contrafuertes
prismáticos y en el centro de los paños se abren
tres ventanas de arco de medio punto cuyas respectivas
archivoltas están decoradas con puntas de diamante.
Los hastiales del crucero terminan en un frontón
triangular, rematado por una cruz florenzada inscrita
en un círculo. En el interior, la nave está cubierta con
una boveda de cañón apuntado de cuatro tramos, reforzada
por tajones sobre columnas, y el ábside se cierra con
una bóveda ya plenamente gótica.