LA VICUÑA
Mamífero de la familia de los camélidos y del grupo de los
camélidos sudamericanos que vive en el altiplano andino en
el noroeste de la Argentina, el oeste de Bolivia, el nores-
te de Chile, algunas zonas de Ecuador y en la sierra de
Perú. país que posee la principal población.
Son animales silvestras, pesan entre 40 y 50 kilogramos y
tienen una longitud de 80 cm. Su color es beige o marrón
claro rojizo en el lomo y blanco en la zona ventral y las
patas. Las poblaciones norteñas so más oscuras y tienen
un mechón en la parte delantera de pelos largos y blancos
(mechón pectoral) Sus patas son largas y delgadas, termi-
nadas en almohadillas, aptas para caminar sobre varios ti.
pos de suelos. Su denso pelaje está formado por fibras
delgadas que crecen muy juntas, con el objeto de protegerle
del frío, de la lluvia y del viento. La fibra de su lana
está entre las más finas del mundo.
Se calcula que antes de la conquista su población pudo ser
de tres millones de cabezas. Su caza sin limite las puso
en peligro de extinción. En la actualidad, su población
está clasifiocada como de bajo riesgo pero depende de
conservación.
Mamífero de la familia de los camélidos y del grupo de los
camélidos sudamericanos que vive en el altiplano andino en
el noroeste de la Argentina, el oeste de Bolivia, el nores-
te de Chile, algunas zonas de Ecuador y en la sierra de
Perú. país que posee la principal población.
Son animales silvestras, pesan entre 40 y 50 kilogramos y
tienen una longitud de 80 cm. Su color es beige o marrón
claro rojizo en el lomo y blanco en la zona ventral y las
patas. Las poblaciones norteñas so más oscuras y tienen
un mechón en la parte delantera de pelos largos y blancos
(mechón pectoral) Sus patas son largas y delgadas, termi-
nadas en almohadillas, aptas para caminar sobre varios ti.
pos de suelos. Su denso pelaje está formado por fibras
delgadas que crecen muy juntas, con el objeto de protegerle
del frío, de la lluvia y del viento. La fibra de su lana
está entre las más finas del mundo.
Se calcula que antes de la conquista su población pudo ser
de tres millones de cabezas. Su caza sin limite las puso
en peligro de extinción. En la actualidad, su población
está clasifiocada como de bajo riesgo pero depende de
conservación.