Sucede con más frecuencia de lo solemos pensar que,
a partir de una frase de la Escritura, el que ora
experimenta ese estremecimiento intimo que se ex
presa espontáneamente en un grito: " ¡Padre!" No lo
dudes; es el Espíritu Santo quien habla en ti.
a partir de una frase de la Escritura, el que ora
experimenta ese estremecimiento intimo que se ex
presa espontáneamente en un grito: " ¡Padre!" No lo
dudes; es el Espíritu Santo quien habla en ti.