Se puso de pie sobre el enorme sofa y, manteniendo
a duras penas el equilibrio, pretendio increpar a
su vez al vil sujeto, preguntándole por qué habia
vuelto a apoderarse de su padre.
Pero ni un soplo de voz salio de su garganta.
ALVARO DEL AMO
a duras penas el equilibrio, pretendio increpar a
su vez al vil sujeto, preguntándole por qué habia
vuelto a apoderarse de su padre.
Pero ni un soplo de voz salio de su garganta.
ALVARO DEL AMO