"No está aquí. Ha resucitado. No busquéis entre los
muertos al que está vivo"
Resucitar significa cambiar de vida, entrar en una
vida diferente. A esto precisamente invita Dios a
Israel: abandonar una vida que no lo es, que más
bien deberíamos llamar muerte.
Pablo lo entiende muy bien; por el bautismo, al in-
corporarnos a la iglesia y al modo de vivir según
Jesús, abandonamos un modo de vivir que no merece
ese nombre. Crucificamos el modo viejo para entrar
en otro modo, luminoso y para siempre, el de Jesús.
Las mujeres, al amanecer del domingo, descubren que
la vida mortal de Jesús es solo algo pasajero, que
su vida completa está más adentro y más allá,
incluso mas allá de la muerte. Y descubren también que
se nos invita a todos a incorporarnos a esa vida.
Jesús ya ha llegado a su destino, ha entrado en la
plenitud en Dios. Y se nos invita a seguirle.
muertos al que está vivo"
Resucitar significa cambiar de vida, entrar en una
vida diferente. A esto precisamente invita Dios a
Israel: abandonar una vida que no lo es, que más
bien deberíamos llamar muerte.
Pablo lo entiende muy bien; por el bautismo, al in-
corporarnos a la iglesia y al modo de vivir según
Jesús, abandonamos un modo de vivir que no merece
ese nombre. Crucificamos el modo viejo para entrar
en otro modo, luminoso y para siempre, el de Jesús.
Las mujeres, al amanecer del domingo, descubren que
la vida mortal de Jesús es solo algo pasajero, que
su vida completa está más adentro y más allá,
incluso mas allá de la muerte. Y descubren también que
se nos invita a todos a incorporarnos a esa vida.
Jesús ya ha llegado a su destino, ha entrado en la
plenitud en Dios. Y se nos invita a seguirle.