Sobre la doctrina de la Iglesia en temas como los
horóscopos, adivinación y amuletos el Catecismo
los estudia al presentar el primer mandamiento
que manda amar a Dios sobre todas las cosas y
prohíbe honrar a dioses extraños.
Proscribe la superstición y la irreligión, que
son pecados por exceso o por defecto de religión.
La consulta de horóscopos-enseña el Catecismo-,
la astrlogía, la quirománcia, la interpretación
de presagios y de suertes, el recurso a "mediums",
etc, están en contradicción con el amor y el respeto
que debemos solamente a Dios.
Lo mismo las prácticas de magia o hechicería, los
amuletos, siempre que se les quiera atribuir poder
o fuerzas superiores, capaces de mover el destino,
como si fueran un pequeño dios.
Porque ya se sabe, cuando la fe se va por la puerta,
los diablos entran por la ventana. El hombre los
crea a su aire y semejanza.
Luis de Atela.
horóscopos, adivinación y amuletos el Catecismo
los estudia al presentar el primer mandamiento
que manda amar a Dios sobre todas las cosas y
prohíbe honrar a dioses extraños.
Proscribe la superstición y la irreligión, que
son pecados por exceso o por defecto de religión.
La consulta de horóscopos-enseña el Catecismo-,
la astrlogía, la quirománcia, la interpretación
de presagios y de suertes, el recurso a "mediums",
etc, están en contradicción con el amor y el respeto
que debemos solamente a Dios.
Lo mismo las prácticas de magia o hechicería, los
amuletos, siempre que se les quiera atribuir poder
o fuerzas superiores, capaces de mover el destino,
como si fueran un pequeño dios.
Porque ya se sabe, cuando la fe se va por la puerta,
los diablos entran por la ventana. El hombre los
crea a su aire y semejanza.
Luis de Atela.